Podcast Latitudes: Encuentros que humanizan.

 

Tere Góngora Basterra, fundadora y narradora del podcast «Latitudes».
Foto de Alberto Rojas.


Comúnmente escuchamos frases como «qué orgullosos deben estar los papás» o menciones similares que van estrictamente de padres a hijos, mas poco se alude al orgullo que sentimos entre hermanas y hermanos.

Verán, soy la mayor y tengo dos hermanas. Ambas corren maratones, esto en el amplio significado de la palabra «maratón» que puede ser una competencia de 42 kilómetros, un maratón sentimental o el maratón que resulta un proyecto al emprenderse. He acompañado como espectadora y porrista las múltiples carreras de mis hermanas, desde el momento que sentencian «voy a hacer tal cosa» hasta la disciplina que ponen para lograrlo con vigor de cuerpo, mente y corazón para alcanzar la meta.

Durante los últimos nueve meses, las tres hermanas nos hemos acompañado para aportarle a Tere, la tercera en nacer, lo que ha necesitado tras el chispazo de una idea desafiante y caprichosa: «Quiero hacer un podcast». Desde la costa de Andalucía en donde vive, añorando las playas lejanas de Veracruz donde nacimos y cerca del mediterráneo adoptivo, entre el 1º de enero y el 1º de septiembre del 2020, Tere fraguó y autofinanció un proyecto que más que un espacio sonoro se perfila como un movimiento que contribuye a lo que está en el título de esta columna: «Encuentros que humanizan». La fecha que asignó para el lanzamiento del podcast no fue azar; eligió el martes 1º de septiembre porque ese día cumplió años y… ¿qué mejor regalo para uno mismo que darse a los demás con todo lo que lleva dentro?

Porque eso es lo que encontrarán al visitar www.somoslatitudes.com o si teclean «Somos Latitudes» en el buscador de Apple Podcast, Spotify o Ivoox. Hallarán la oralidad de Tere con acento híbrido, porque es mitad mexicana y mitad española, portando naturalmente y con orgullo la voz que la revela y con la que ahora se rebela ante situaciones que la han sacudido: la vida la tomó por el tronco para hacerle caer los frutos. ¿Y qué cayó de ese arbolito? Su pronunciación ante el mundo. Contenidos para un podcast en un español impecable, aliñado y sincero, con frases bien armadas y emociones bien dispuestas donde su identidad veracruzana-yucateca-andaluza se muestra con algarabía en la inconfundible x de México y la peculiar ñ de España.

A diferencia de otros podcasts, en el suyo convergen memorias, reflexiones, encuentros y hallazgos que Tere ha tenido en diversos lugares del mundo a los que ha viajado por trabajo, por amor y para correr. Por eso los episodios de «Latitudes» se dividen por kilómetros. Celia Cruz canta que la vida es un carnaval, lo cual es cierto, y mis hermanas dicen que la vida es un maratón, que también es cierto. Así, el primer episodio que ya pueden escuchar nos sitúa en el kilómetro cero, ese punto en el que estamos al iniciar cualquier trajín. Ese punto de vida al que varios hemos regresado, como en el juego de “Serpientes y Escaleras” al caer en la casilla del 2020: una oportunidad para empezar con todo y, valga la redundancia, ¡desde cero!

Para hacer el podcast, Tere ha tenido que encarar abismos internos y tomar decisiones que le permitan coherencia para la vida que quiere, lo cual no es fácil, porque en el camino se dejan lugares y personas amadas. Esto va aunado a vivir a) una pandemia digna de ficción, con la angustia que conlleva, b) tristeza por extrañar a nuestros padres y con el temor a que les suceda algo —ambos tuvieron covid— sin poder venir, c) el lanzamiento de «Latitudes» vía Zoom en una sesión que resultó exquisita y concurrida, cuando ella imaginó mariachi, tacos y pastel de cumpleaños con amigos y familia en el patio de nuestra casa.

Sintiéndose descosida, ha logrado zurcirse con hilos de creatividad y productividad, forjándose con amor propio un camino como emprendedora: «Creo que este tipo de proyectos hace que la vida de otras personas tenga belleza (…) Mira lo que pasa con el covid-19, el arte y los valores son los que nos salvan. Necesitamos tanto de la comida como de espíritu positivo (…) Latitudes es mi granito de arena», escribe Tere, inventándose un antídoto para sí misma antes que para los demás.

Somos tres como Flans y estoy orgullosa de lo que mis primeras amigas de la vida son y hacen. Me gusta imaginar que tras llegar a este párrafo alguna hermana o algún hermano quiera tomar el teléfono y decirle a alguien con quien comparte apellido, sangre y pasado: «Admiro lo que has desafiado para ser quien eres hoy, me llena de orgullo y honor haber crecido a tu lado».

Publicado en el Diario de Yucatán.




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